El incendio del fin de semana pasado en Las Ramblas Golf ha reavivado la preocupación que venían teniendo los vecinos de Orihuela Costa, quienes argumentan que el incidente es un ejemplo más de la negligencia municipal en la zona. El incendio, que dañó varias viviendas y provocó la evacuación de unas 50 personas, podría haberse evitado, según afirman, si se hubiera limpiado adecuadamente el barranco adyacente, una petición que han hecho reiteradamente al ayuntamiento. Este incendio se produce tras una serie de incendios similares en los últimos años, incluyendo uno en 2023 que consumió 12 hectáreas entre los campos de golf de Campoamor y Las Ramblas, y otro cerca del barranco de Río Nacimiento el año pasado.

Los vecinos ya habían planteado el riesgo de incendio al concejal Manuel Mestre durante una reunión del Consejo de Distrito. Mestre había solicitado una queja formal por escrito, un proceso que se ha acelerado tras el último incendio. La petición se está presentando ante el Departamento de Asuntos Costeros, y también se enviarán copias a la alcaldía y a los departamentos de Infraestructura y Medio Ambiente.

Si bien el terreno técnicamente está bajo la jurisdicción de la Confederación Hidrográfica del Río Segura (CHS), el mantenimiento de estos barrancos dentro de las zonas urbanas es responsabilidad del ayuntamiento.

Aunque las autoridades no han descartado causas naturales, como un cigarrillo tirado, algunos residentes y activistas ambientales han expresado sospechas más sombrías. Existe una creciente preocupación de que el incendio pudiera haber sido provocado intencionalmente para facilitar el desarrollo urbanístico futuro. En algunas zonas de España, no es raro que los incendios precedan a la reclasificación de terrenos protegidos, lo que permite su rezonificación para la construcción.

“Esta zona era, a todos los efectos, terreno forestal”, dijo un conservacionista local. Pero tras un incendio, a las autoridades les resulta más fácil argumentar que el terreno ya no tiene valor ambiental. Lo que hoy se quema, mañana podría construirse. La zona afectada, aunque clasificada como no urbana, ha atraído desde hace tiempo la atención de los promotores inmobiliarios debido a su ubicación privilegiada.

Además de las preocupaciones ambientales y urbanísticas, el incidente ha renovado las peticiones de mejoras en los servicios de emergencia en Orihuela Costa. La zona depende actualmente de los bomberos de Torrevieja, Almoradí y Orihuela ciudad, todos ellos ubicados a cierta distancia. Los residentes argumentan que esta disposición resulta en tiempos de respuesta inaceptables durante las emergencias.

Rodney Mayes, presidente de la urbanización El Farallón, la comunidad más afectada por el incendio, declaró que su propiedad sufrió daños superiores a los 25.000 €. En declaraciones a The Leader, describió retrasos que podrían haber resultado catastróficos: “Desde la llamada de emergencia inicial, los bomberos tardaron 45 minutos en llegar, y otros 15 antes de que pudieran empezar a controlar el incendio”.

El Sr. Mayes expresó su incredulidad ante el hecho de que el cercano Centro de Emergencias La Zenia, una instalación diseñada específicamente para albergar a los servicios de bomberos y rescate, siga estando infrautilizado. “Ese centro se construyó específicamente para proporcionar respuestas más rápidas y coordinadas. Sin embargo, durante uno de los incendios más graves de la zona en la historia reciente, fue prácticamente irrelevante”.

También criticó la falta de comunicación durante la emergencia. Más de 40 personas fueron evacuadas, pero solo ahora, tres días después, me entero —a través de canales no oficiales— de que el alcalde y los concejales estuvieron en el lugar y de que se abrió un refugio temporal en el CDM. Nadie me lo dijo. Que yo sepa, nadie les dijo nada a los residentes de El Farallón. Es inaceptable.

Los residentes advierten que esta falla de comunicación podría haber tenido consecuencias peligrosas. Las personas vulnerables, incluyendo a los residentes mayores y a quienes necesitan atención médica, desconocían la asistencia disponible. Las familias se vieron obligadas a depender del boca a boca, lo que generó confusión y angustia innecesaria. En un evento más grave, el resultado podría haber sido mucho peor.

Un pedáneo local después Afirmaron que el alcalde y los funcionarios del consejo permanecieron en el lugar hasta mucho después de extinguirse el incendio y que se compartieron actualizaciones con “muchos de los afectados”. Sin embargo, la inconsistencia en los mensajes ha llevado a los residentes a exigir respuestas.

Al enterarse de la presencia de los funcionarios, el Sr. Mayes convocó una reunión urgente con el alcalde. Hizo hincapié en la necesidad de contar con protocolos de comunicación transparentes y un mejor uso de la infraestructura de emergencia existente para garantizar que tales fallas no se repitan.