Un apagón masivo interrumpió la vida cotidiana en partes de Europa el lunes, siendo España la más afectada por la crisis.
El corte de energía ocurrió inesperadamente alrededor del mediodía, afectando a la Península Ibérica, y la causa se identificó como una pérdida abrupta y significativa de 15 gigavatios de energía en solo cinco segundos, informada por el operador de la red española, Red Eléctrica de España (REE).
La pérdida de energía desencadenó una serie de eventos que desconectaron la red española de la red eléctrica francesa, lo que provocó una reacción en cadena que resultó en un colapso total del sistema eléctrico español.
El operador portugués de la red, REN, indicó oscilaciones inusuales en líneas de transmisión muy altas, asociadas con extremos cambios de temperatura en España. Estos cambios de temperatura extremos parecen haber desestabilizado la red europea interconectada, empeorando la situación.
Aunque algunas especulaciones sugirieron que los incendios en el sur de Francia o incluso los ciberataques pudieron haber causado la interrupción, no hubo pruebas concluyentes que confirmaran estas teorías y la principal explicación sigue siendo una combinación de inestabilidad térmica y la vulnerabilidad de la red.
Los efectos directos del corte de energía en España fueron graves y de gran alcance. Los principales sistemas de transporte se detuvieron, todos los trenes operados por Renfe fueron detenidos, y el sistema de metro de Madrid se cerró por completo. En las grandes ciudades, las luces de las calles fallaron, causando enormes atascos de tráfico.
La infraestructura crítica tuvo dificultades para seguir funcionando: los hospitales se convirtieron en generadores de respaldo, y las redes móviles, los servicios de Internet, los cajeros automáticos y los sistemas de pago electrónico se apagaron. Se cancelaron eventos públicos, incluyendo el torneo de tenis Madrid Open. En el aeropuerto de Madrid-Barajas, los retrasos y cancelaciones de vuelos aumentaron, aunque los sistemas de emergencia permitieron una operación limitada.
En respuesta a la crisis, el presidente del gobierno de España, Pedro Sánchez, convocó una reunión extraordinaria y envió a más de 30.000 oficiales de policía para ayudar a manejar la crisis. El rey Felipe VI también presidió una sesión especial del Consejo de Seguridad Nacional para coordinar la respuesta del país. Aunque las Islas Canarias también se vieron afectadas, su aislamiento de la red continental hizo que la experiencia fuera menos grave.
El presidente Sánchez se pronunció públicamente sobre la situación, describiendo el corte de energía como el resultado de una “gran fluctuación” en el sistema eléctrico europeo. Aunque confirmó que se está llevando a cabo una investigación oficial, pidió a la opinión pública que se abstuviera de especular sobre las causas.
Sánchez destacó que el principal objetivo del gobierno era restaurar el suministro de energía lo más rápido posible, asegurando a los ciudadanos que el país tenía planes preparados para restablecer el servicio. También instó a evitar la difusión de información errónea, animando a la gente a confiar solo en fuentes oficiales.
Los cortes comenzaron alrededor de las 12:20, causando interrupciones inmediatas. En algunos lugares, los hospitales se vieron obligados a retrasar operaciones y procedimientos médicos debido a la pérdida de energía, y los equipos de rescate tuvieron que ser enviados para salvar a personas atrapadas en ascensores. Por ejemplo, en Alicante, más de 20 personas tuvieron que ser rescatadas cuando quedaron atrapadas por la falta de energía.
Muchos de estas personas necesitaban atención médica urgente, ya que sus suministros de oxígeno se habían agotado.
Por la tarde, Red Eléctrica confirmó que se habían comenzado las labores de restauración de energía, comenzando por las áreas menos afectadas y luego moviéndose hacia el epicentro. Se esperaba que el proceso de recuperación tomara entre seis y diez horas, siempre y cuando no surgieran complicaciones adicionales.
Las interrupciones también afectaron gravemente a los sistemas de transporte. Aunque los aeropuertos continuaron operando con energía de respaldo, los retrasos fueron inevitables. El control del tráfico aéreo en España reportó interrupciones, aunque las operaciones se reanudaron gradualmente y el aeropuerto Madrid-Barajas experimentó un cierre temporal de salidas y llegadas.
Las aerolíneas Iberia y Vueling confirmaron que, a pesar de algunos retrasos, no se cancelaron vuelos, y los sistemas continuaron funcionando con energía de respaldo. Sin embargo, el impacto en los trenes fue mucho más pronunciado, Renfe reportó que todos sus trenes fueron detenidos.
Algunos trenes de larga distancia quedaron atrapados durante varias horas, y los pasajeros experimentaron retrasos significativos. En uno de los trenes que viajaba de Alicante a Madrid, el periodista Mark Nolan de Leader informó que su tren se detuvo por completo al norte de Albacete. El tren permaneció inmóvil durante más de cinco horas antes de que se enviara una locomotora diésel para ayudar.
Cuando el tren finalmente arrancó, viajaba a un cuarto de la velocidad habitual y sin aire acondicionado. Debido a las interrupciones, el tren tuvo que detenerse en una parada no planificada para retirar a un pasajero enfermo y proporcionarle atención médica.
Por la falta de aire acondicionado, más de 500 pasajeros también fueron solicitados para salir brevemente del tren y tomar aire fresco, antes de finalmente detenerse en Cuenca, donde los pasajeros fueron trasladados en 14 autobuses a un centro deportivo local para pasar la noche. “Pero al menos todos recibimos camas plegables, una estufa portátil y un paquete de hummus”, resumió.
En Torrevieja, el corte de energía interrumpió la actividad diaria de muchas empresas, especialmente aquellas dependientes de sistemas electrónicos. Las tiendas, restaurantes y proveedores de servicios tuvieron dificultades para operar sistemas de ventas, refrigeración e iluminación, lo que resultó en cierres temporales y pérdidas económicas.
Este evento puso de relieve la vulnerabilidad de la infraestructura local y subrayó la importancia de la resiliencia energética. En respuesta, las autoridades de Torrevieja comenzaron a estudiar el potencial de la energía solar en edificios públicos y promover la creación de comunidades energéticas locales, con el objetivo de aumentar la autosuficiencia energética y reducir futuras interrupciones.
Las empresas en Orihuela Costa se encontraron en una situación similar, con el centro comercial más grande de la región, Zenia Boulevard, completamente cerrado por la tarde.
La compra frenética de combustible en la estación de El Campo provocó colas que se extendían más de 500 metros, mientras los residentes se apresuraban a llenar sus vehículos y abastecerse de combustible para generadores.
En la región de Vega Baja, Torrevieja, Orihuela Costa y Pilar de la Horadada, la energía comenzó a restablecerse alrededor de las 19:30, aunque los problemas de conectividad a Internet persistieron durante la mayor parte de la noche. A pesar de estos esfuerzos, la crisis subrayó la vulnerabilidad de la red energética europea, especialmente frente a condiciones climáticas extremas y una alta interdependencia entre las redes nacionales.
En resumen, el apagón fue uno de los cortes de energía más graves en la historia de Europa, revelando las debilidades en la compleja y conectada infraestructura energética del continente.
La causa principal probablemente fue una combinación de la repentina pérdida de energía, condiciones atmosféricas inestables y la sobrecarga de la red, aunque la investigación sigue en curso.