El 30 de enero el Estadio Maracaná será el escenario elegido para uno de los acontecimientos de fútbol que traspasa fronteras, y tiene un gran seguimiento a nivel mundial. La Final de la Copa Libertadores determinó que dos equipos brasileños luchen por el entorchado, conformando un clásico en que se pondrá en liza mucho más que un título.
Ambos clubs privaron a River y Boca Juniors de jugar un nuevo super clásico por estas lides, otro de los choques que hubiera más repercusión si cabe, como ya ocurrió hace no tanto tiempo en el Santiago Bernabéu.
La temporada de ambas escuadras se verá de otra manera en el caso de alzarse con la Champions League suramericana. 47 equipos de diez naciones diferentes comenzaron este sueño, pero solo dos, son los que optarán finalmente a un entorchado de fama mundial.
Muchos serán los alicientes que se deben tener en cuenta en un partido de esta trascendencia. Brasil se paralizará el 30 de enero, ya que dos de sus principales escuadras buscarán una nueva Libertadores para sus vitrinas.
Dos nombres son lo que pueden decantar la balanza para uno u otro lado. Por el lado del Santos, Kaio Jorge será el referente en el ataque, y su acierto de cara a gol puede ser vital para las opciones de la entidad que presentó a Neymar Jr. al planeta. Por su parte, el Palmeiras intentará volcar todo su juego para que las diabluras de Gabriel Verón puedan abrir la lata en la final, y ya se sabe, el que golpea primero, golpea dos veces.
El último enfrentamiento entre estas dos escuadras data de hace menos de dos meses en la competición doméstica, concluyendo el choque con empate a 2, después de un grandioso espectáculo ofensivo de ambas entidades. Ese resultado no serviría en una final, por lo que se espera incluso que este choque en la Copa Libertadores 2021, sea más abierto y brinde un espectáculo más grandioso en lo que a términos ofensivos de ambas entidades se refiere.
Las apuestas de la Copa Libertadores 2020-2021 otorgan cierto favoritismo a Palmeiras, siendo curioso que estos pronósticos apunten a que será un duelo con pocos goles. El miedo a perder la final, puede ser un postulado que haga a ambos entrenadores salir con el freno de mano echado, ya que dejar su puerta a cero puede ser fundamental para alcanzar el objetivo soñado para sus respectivas parroquias.
Maracaná se engalana para recibir una nueva edición de la final de la Copa Libertadores. Con o sin público el espectáculo futbolístico que paralizará al planeta será una realidad el próximo 30 de enero.
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