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Los precios de los combustibles en España han experimentado recientemente una ligera disminución, con cifras notablemente inferiores a los promedios de la Unión Europea.
Sin embargo, actualmente hay varios factores que podrían influir en los precios futuros de los combustibles, siendo el más destacado el plan del gobierno español de aumentar el impuesto sobre el diésel en 10 céntimos por litro para alinearlo con los impuestos a la gasolina, como parte de los esfuerzos para cumplir con los requisitos medioambientales de la Unión Europea y asegurar los fondos de recuperación de la UE.
En enero de 2025, la UE fijó una fecha límite para el 20 de febrero de 2025 para que España implemente el aumento del impuesto sobre el diésel con el fin de desbloquear el quinto pago de los fondos Next Generation EU, que ascienden a casi 25 mil millones de euros en préstamos y subvenciones.
Sin embargo, hasta la fecha, debido a desacuerdos políticos, el gobierno español no ha anunciado oficialmente una nueva fecha para la subida.
La propuesta de aumento de impuestos ha generado preocupación en el sector del transporte. En las Islas Baleares, las asociaciones de transporte de mercancías han advertido de posibles huelgas si el aumento del impuesto sobre el diésel se lleva a cabo sin medidas compensatorias para los camioneros, citando los ya elevados costos del diésel en la región en comparación con el continente.
Además, factores globales como las incertidumbres económicas, las tensiones geopolíticas y las interrupciones en la cadena de suministro contribuyen a la imprevisibilidad de los precios de los combustibles. Aunque los precios actuales ofrecen algo de alivio a los consumidores, estas variables sugieren que los costos de los combustibles en España podrían no mantenerse bajos a largo plazo.






