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La exconcejala de Orihuela Costa, Martina Scheurer, compareció brevemente en el tribunal el miércoles, pero la audiencia fue pospuesta debido a la enfermedad del abogado de su coacusado.
Scheurer se enfrenta a juicio junto a Thomas Herteux, empresario y gerente de Chirunguitos del Sol, en un caso relacionado con la adjudicación de contratos de bares de playa en Orihuela Costa en 2014. Se enfrenta a cargos de fraude y revelación de información privilegiada, mientras que Herteux está acusado de fraude y corre el riesgo de ser descalificado de contratos gubernamentales.
La fiscalía alega que el proceso de licitación fue manipulado para favorecer a Chirunguitos del Sol, lo que llevó a la adjudicación controvertida del contrato, acusaciones que ambos acusados niegan rotundamente.
Según fuentes, el caso fue admitido en el tribunal basándose en declaraciones especulativas de la fiscalía, como «Creo que» la Sra. Scheurer se reunió con el Sr. Herteux y «Supongo que» tuvieron una reunión, a pesar de la falta de pruebas que respalden estas afirmaciones. Comentando sobre el caso, Scheurer declaró: «No hay pruebas porque no hice nada malo».
Un tema clave en el caso parece ser el requisito de que el adjudicatario ganador posea la «Q para la Certificación de Calidad Turística» internacionalmente reconocida. Dado el carácter público del contrato, este requisito no parece ni inusual ni irrazonable.
Por supuesto, hay muchos municipios en toda España que requieren que sus empresas de gestión de bares de playa posean la acreditación de calidad Q. Orihuela no es diferente, y la decisión de incluir esta condición fue tomada por un comité del consejo compuesto por representantes de la costa, con miembros designados por los departamentos de contratos y jurídico.
Scheurer era simplemente miembro de ese comité. En ese momento, ninguno de ellos sabía qué credenciales tenían las empresas licitadoras. La inclusión de la acreditación Q de Calidad fue solo una decisión tomada para garantizar la prestación de un servicio superior a los bañistas de Orihuela.
No obstante, la Sra. Scheurer está acusada de haber informado a Herteux sobre este requisito antes de que se publicaran las especificaciones oficiales de la licitación. La fiscalía argumenta que, al recibir esta información con antelación, Chirunguitos del Sol obtuvo una ventaja injusta, ya que les dio tiempo adicional para obtener la certificación necesaria, lo que presuntamente socavó la libre competencia y el uso eficiente de los fondos públicos.
Sin embargo, lo que la fiscalía no destaca es que esta fue una licitación nacional, abierta a cualquier empresa cualificada en toda España. Además, los registros disponibles indican que Chirunguitos del Sol ya había obtenido su «Q para la Certificación de Calidad Turística» en 2012, un año antes de que la Sra. Scheurer conociera a Thomas Herteux y también un año antes de que asumiera su cargo como concejala de la costa.
Ninguno de los licitadores alternativos, ambos de los cuales llevaron al consejo a juicio, poseía ningún tipo de certificación de calidad, por lo que se vieron obligados a retirar sus ofertas.
Por su parte, Scheurer cree que su conciencia está completamente tranquila. «Todo fue cuidadosamente verificado en su momento para garantizar el cumplimiento. El proceso de licitación fue meticulosamente seguido y si el contrato se adjudicó a Chirunguitos del Sol fue solo porque eran la mejor empresa para el trabajo», dijo.
Dependiendo de la recuperación del abogado, se espera que el caso comience el 26 de febrero o el 12 de marzo, que es cuando se programaron las siguientes sesiones.
Se espera también que varias figuras clave, incluida la exalcaldesa Monserrate Guillén Sáez, la actual concejala socialista Carolina Gracia (que era concejala de Finanzas, Juventud y Fiestas en ese momento) y el secretario general Virgilio Estremera, testifiquen como testigos durante el juicio.
