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Las autoridades están investigando si el compañero de Lorena, la buceadora de 37 años que falleció a principios de este mes en la Cueva del Agua de Cartagena, podría ser culpable de homicidio por negligencia por no haber evitado su trágica muerte.
La Guardia Civil ha interrogado al hombre de 41 años, que había estado en una relación con Lorena durante aproximadamente tres meses. Fue él quien llamó a los servicios de emergencia la noche del 18 de enero, informando que Lorena no había emergido después de su inmersión. Los especialistas del Grupo de Actividades Subacuáticas (GEAS) de la Guardia Civil recuperaron su cuerpo alrededor de la 1:45 a.m. de la mañana siguiente.
Según el sospechoso, que es un buceador experimentado, la pareja entró en la cueva, cada uno con dos botellas de aire comprimido, con la intención de realizar una inmersión breve y de bajo riesgo. Sin embargo, la visibilidad empeoró rápidamente en la cueva, un lugar de buceo conocido donde los sedimentos pueden fácilmente enturbiar el agua debido al aleteo y las burbujas de las botellas.
El sospechoso afirma que Lorena se desorientó después de perder el agarre de la cuerda guía de la cueva. Dijo que intentó calmarla y ayudarla a recuperar la cuerda, pero ella se puso cada vez más en pánico y rechazó su ayuda. Temiendo por su propia seguridad, salió de la cueva para buscar ayuda y llamó a los servicios de emergencia.
Como parte de la investigación, la Guardia Civil ha incautado el teléfono del sospechoso para examinar los mensajes intercambiados en los días previos a la inmersión. El martes, el sospechoso, acompañado de su abogado Manuel Martínez, proporcionó el PIN para desbloquear el dispositivo.
Por ahora, el sospechoso permanece en libertad mientras continúa la investigación. Las autoridades buscan determinar si sus acciones, o la falta de ellas, jugaron un papel en la tragedia.
